Tarta de ricotta y cerezas


Esta exquisita preparación es uno de los tesoros de la gastronomía judía romana. En el siglo XVIII cambió su nombre por el de “Torta papale” o “Paplina” tras un edicto de 1775 en el que el Papa Pío VI prohibía a los judíos vender productos lácteos a los cristianos. Para escapar del control de los guardias del Papa, los pasteleros del gueto escondían el relleno de ricotta y cerezas negras entre dos capas de suave masa quebrada.

 Ingredientes para 6 personas

 Para la masa quebrada

200 g de harina 00

65 g de azúcar glas

45 g de mantequilla derretida

1 huevo entero + 1 yema

1 cucharadita de levadura de pastelería

1 pizca de sal

La cáscara de medio limón

Para el relleno

500 g de queso ricotta

150 g de azúcar glas

400 g de mermelada de cereza ácida extra (o de cereza negra o de cereza)

Para la decoración

20 g de azúcar glas 

Preparar la masa derritiendo la mantequilla en un cazo y dejándola enfriar. En un bol, batir el huevo y la yema con el azúcar, añadir la levadura, la mantequilla derretida, la ralladura de limón y una pizca de sal. Añadir poco a poco la harina, removiendo con un tenedor. Hay que obtener una mezcla que se desprenda de las paredes pero que no se pegue a las manos (si está demasiado blanda y pegajosa, añadir un poco de harina; si está demasiado seca, añadir un poco de leche).

Pasar a una superficie enharinada y amasar brevemente. Formar una bola, envolverla en film transparente y dejarla reposar en la nevera durante 2 horas.

Extender unos dos tercios de la masa quebrada en un molde forrado con papel de horno; los bordes del molde deben estar cubiertos con masa quebrada.

Verter la mermelada de guindas (o mermelada de cereza) sobre la base y nivelarla.

Preparar el relleno: en un bol, mezclar rápidamente con un tenedor el queso ricotta con el azúcar, y verter sobre la mermelada de guindas.

Extender el resto de la masa quebrada formando un disco más pequeño para cubrir completamente el relleno; doblar los bordes.

Cocer en el horno precalentado a 180°C durante unos 50 minutos o hasta que la superficie esté un poco tostada.

Espolvorear con azúcar glas antes de servir.



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